Orfeo hijo de Apolo y Caliope, musa de la poesía épica y la elocuencia , poseía el don de la música y la poesía.
enamorado perdidamente de Euridice, una ninfa de los valles de Tracia, la convierte felizmente en su esposa. Pero un nefasto día, tratando ella de huir de Aristeo, hijo de Apolo y que pretendía poseer-la, piso una serpiente venenosa y, mordida por ésta, murió.
La pena invadió entonces a Orfeo, y llorando desolada mente a las orillas del río Estrimon, entono canciones tan tristes que todos los dioses y todas las ninfas le incitaron a descender al inframundo, donde, con la ayuda inestimable de su música, consiguió sortear mil y un peligros, conmoviendo a demonios y tormentos.
Una vez hubo llegado ante Ades y Persefone, dioses regentes del inframundo, utilizo de nuevo su música consiguiendo convencerlos de dar a Euridice la oportunidad de regresar al mundo de los vivos. pero pusieron una condición: Orfeo debía caminar siempre delante de ella y no mirarla hasta que ambos hubieran llegado arriba, y los rayos de sol hubieran bañado por completo a Euridice.
el camino de regreso se hizo eternamente largo. Orfeo que mantenía sus ojos al frente a pesar de las enormes ansias que le invadían de admirar a su amada. no se volvió ni aun cuando los peligros del inframundo los acechaba.
ya en la superficie, Orfeo, al borde de la desesperación, giro la cabeza creyendo que todo había pasado, pero Euridice aun tenia un pie a la sombra y, en ese preciso momento, se desvaneció en el aire ya sin posibilidad de volver de nuevo.
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